jueves, febrero 23, 2006

El estudiante Törless y el infinito.


"El finito multiplicado", Louis von Adelsheim



"¡El infinito!" Törless conocía la expresión por las clases de matemáticas. Nunca se había representado nada preciso, al pronunciar aquella palabra. Alguien la había inventado alguna vez y desde entonces era posible contar con ella como algo seguro. Era precisamente lo que ocurría en los cálculos matemáticos. Pero más allá de ellos, Törless nunca había tratado de buscarle un sentido.

Y ahora le penetraba como un puñal y esa palabra contenía algo terriblemente inquietante. Se le antojó que era como un concepto domesticado, amansado, con el cual diariamente él hacía sus pequeños malabarismos y que, de pronto, ahora, se había desenfrenado. Los trabajos de algún inventor habían hecho adormecer esa cosa salvaje, violenta, anonadadora, que ahora se despertaba súbitamente y volvía a ser temible; y en aquel cielo se le imponía como algo vivo, que lo amenazaba, y se mofaba de él.


Robert Musil, Las tribulaciones del estudiante Törless, p.87.